En este
tema recogemos lo necesario para iniciar una investigación, la etapa
conceptual. El profesional tiene que tener la capacidad para detectar un
problema y a partir de este formularse cuestiones. Requiere conocer hasta donde
se conoce sobre ese tema, marco teórico, y los antecedentes de investigaciones
realizadas por otros profesionales.
Para evitar
posibles sesgos, es conveniente seleccionar una población de estudio adecuada,
además de calcular el tamaño mínimo de dicha muestra. Las variables son
importantes para la obtención de los resultados, por ello, con la utilización
de la validez externa podemos extrapolar nuestros resultados a otra población y
así medir la precisión y exactitud de nuestras variables.
El tema a
investigar presenta una cierta importancia para su justificación, según varios
aspectos. La frecuencia, la gravedad o el interés social del problema; los
beneficios del estudio y sus aplicaciones prácticas, son datos para la
justificación del proyecto. Otros aspectos a tener en cuenta son la
disponibilidad y accesibilidad a la población de estudio, los recursos
económicos de los que disponemos. Sin olvidarnos de las consideraciones éticas.
Todos estos
apartados pertenecientes a la etapa conceptual son los que desarrollaremos
cuando vayamos a realizar nuestra investigación. Definiendo porque hemos
decidido investigar sobre ese tema.
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